El testamento es utilizado para declarar las últimas voluntades de una persona. Aunque este se puede hacer de forma libre, es necesario cumplir ciertas condiciones y unos determinados derechos sucesorios imperativos.
Si considera que ha sido excluido de una herencia de forma ilegal, debe ponerse en contacto con un abogado especialista en sucesiones para hacer valer sus derechos sucesorios.
En caso de no estar de acuerdo con el contenido del testamento, puedes optar por la impugnación de un testamento.
Impugnar un testamento le permite cambiar las disposiciones incluidas en el testamento de una persona fallecida.
Este proceso sirve para declarar un desacuerdo con la voluntad hereditaria del fallecido o con la forma de otorgar dicha voluntad.
Las principales causas para impugnar un testamento son:
La impugnación de un testamento suele darse por dos tipos de errores:
Si estos errores no son corregidos, el testamento no tiene ninguna validez.
Para impugnar un testamento es necesario alegar una razón válida legalmente. El Código Civil recoge las causas por las que es posible reclamar o impugnar un testamento.
Es posible impugnar un testamento si este ha sido elaborado bajo coacción, intimidación o amenaza.
Esta coacción puede ser realizada por parte de familiares o personas ajenas que quieren ser incluidos en la herencia.
El principal problema en estos casos está en demostrar que el testamento ha sido elaborado bajo coacción, puesto que en muchos casos es muy complicado demostrar la existencia de violencia o amenazas. Por este motivo, es importante realizar la impugnación o dejar constancia de lo sucedido antes de que la persona fallezca.
No es posible desheredar a un heredero sin una justificación. En caso de verse privado de sus derechos sucesorios, puede comenzar un proceso de impugnación por desheredación.
El plazo para presentar este tipo de impugnación es de 4 años desde que se conoce el contenido del testamento y se abre el proceso de sucesión.
Los únicos motivos por los que el testador puede desheredar a sus legitimarios son los siguientes:
Si el testador no cuenta con la capacidad mental suficiente para realizar el testamento, el contenido de este puede ser impugnado.
Para impugnar un testamento por incapacidad mental es necesario demostrar que el testador no se encontraba en plenas facultades en el momento de modificar el testamento. Para ello, basta con presentar un informe psicológico que evalue la situación mental del testador.
El coste de la impugnación de un testamento es variable, puesto que depende de muchos factores.
En primer lugar, es necesario saber que será necesario contar con un buen abogado que le acompañe en todo el proceso, un procurador, un perito, certificados y otros documentos para el juicio...
Además, el tipo de impugnación que se persigue también influirá en el precio final. Algunos testamentos son más sencillos de impugnar que otros, los documentos y certificados requeridos son menos costosos en determinados casos y la duración del proceso también es inferior.
El testamento puede ser impugnado cuando alguno de los herederos no está de acuerdo con el reparto de la herencia y cree que esta no cumple los requisitos legales exigidos. A través de la impugnación es posible cambiar las disposiciones que el testador dejó en su testamento.
En primer lugar, tendrá que contratar un abogado y un procurador para que le ayuden durante todo el procedimiento judicial. Si el motivo de la impugnación está relacionado con la incapacidad legal del testador, será necesario obtener un informe pericial psicológico que acredite la incapacidad del testador.
Cuando ya se dispone de todos los documentos necesarios se presentará una demanda ante el Juzgado de Primera Instancia del lugar en el que falleció el testador. En caso de ser admitida la demanda, la otra parte dispondrá de un plazo de 20 días para prepararse.
Finalmente tendrá lugar el juicio en el que se expondrán las pruebas e informes periciales. Antes del juicio tendrá lugar una audiencia previa en la que las partes intentarán alcanzar un acuerdo. Tras el juicio, se emitirá una sentencia judicial en la que se podrá impugnar o no el testamento, total o parcialmente.
El plazo para impugnar el testamento es de 15 años desde el fallecimiento del testador o desde el momento en que el heredero recibe la copia autorizada del testamento.
La impugnación se hará a través de una demanda judicial presentada en el Juzgado de Primera Instancia del lugar en el que falleció el testador.
En nuestro despacho de Bilbao contamos con abogados especialistas en todo tipo de casos de impugnación de testamentos. Puede contactar con nosotros para presentarnos su caso y saber como proceder con su demanda por impugnación.
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